sábado, 10 de octubre de 2009

Las cenizas de Ángela


Acabo de concluir la lectura de “Las cenizas de Ángela”, de Frank McCourt (Editorial Maeva, 484 páginas).

“Cuando recuerdo mi infancia, me pregunto cómo pude sobrevivir siquiera. Fue, naturalmente una infancia desgraciada, se entiende; las infancias felices no merecen que les prestemos atención. La infancia desgraciada irlandesa es peor que cualquier otra infancia desgraciada, pero la infancia desgraciada irlandesa católica es la peor de todas...”. Así empiezan “Las cenizas de Ángela”, uno de los grandes fenómenos editoriales de los últimos años.

En ellas el autor nos cuenta, con el fino humor que le caracteriza y en el que se trasluce un extraordinario espíritu de supervivencia, cómo su familia logra salir adelante en medio de una terrible pobreza y a pesar de todo tipo de adversidades.

“Un libro de memorias escrito en presente. La voz que se escucha en el libro, limpia de rencor y autocompasión, tiene la ancha serenidad de una mirada infantil.” (Antonio Muñoz Molina)

La Biografía que Frank McCourt da sobre la vida de su madre en Las cenizas de Ángela es casi tan dolorosa y terrible como la vida en Limerick, un pueblo de Irlanda sumido en la pobreza de la época.

El nacimiento de Ángela es un augurio de los sin sabores y atrocidades que la vida le depararía, en aquella desapacible noche, a caballo entre la Nochevieja y el Año Nuevo. Cuando cumplió su mayoría de edad su madre la mandó a América con unas parientas suyas, dos primas respetabilísimas. Llegó a América con los aires de la Gran Depresión con lo que también tuvo la oportunidad de ver, lo que su madre llamó “el lugar de las inutilidades de todo tipo”.

Sería al poco de llegar a Nueva York y en una fiesta, donde conocería al que, meses más tarde, sería su marido. Malachy era un hombre de Irlanda del Norte, alcohólico y con un aire raro, algo que tal vez fuera característico de los de su ciudad natal. La vida de Ángela no mejoró demasiado con esta boda, que, por el contrario, lo único que hizo fue empeorar. Malachy no trabajaba y se gastaba el dinero que el Estado les daba como ayuda en las tabernas irlandesas, acompañando a otros de su calaña, mientras vaciaban espumantes jarras de cerveza negra.

En menos de tres años ya habían tenido 5 hijos. Con su vuelta a Irlanda no mejoró nada su situación y lo único que conseguirían sería la ayuda que la Conferencia de San Vicente de Paul les daba. Iban vagando de barrio en barrio, a cuál más pobre y mugriento, en donde lo único que conseguirán será perder 3 de sus hijos.

Lo único positivo para Ángela será el intento de culturizar a sus hijos, quienes se verán un poco apartados por sus compañeros de escuela por tener sangre de Irlanda del Norte. En este caso incluso se nos presentará el conflicto existente entre los propios colaboradores del IRA.

Frank McCourt será el que con su vuelta a América abra un atisbo de luz en sus oscuras vidas. Con esto acabará la primera parte de su biografía y nos contará el final de su historia en “Lo es”. Su autor nos impregna de dureza, dolor y horror su propia historia, donde también es capaz de dejarnos entrever la belleza y el amor.





Frank McCourt (1930-2009) nació en Brooklyn (Nueva York) en plena depresion. Sus padres, llegados desde Irlanda como inmigrantes, se vieron inmersos en una existencia de lucha contra la miseria más absoluta. Por lo que retornan a su Irlanda natal. A los 19 años regresaría a Estados Unidos. La vida de McCourt es una vida de pobreza y mediocridad plenas, que sólo se ve alterada cuando nuestro personaje consigue trabajar como profesor en institutos de secundaria en Nueva York durante treinta años. Sin embargo entre tanta miseria y con el transcurrir de los años se va fraguando una especial sensibilidad en la mente y el corazón de Frank McCourt quien, alcanzada la edad de 66 años, publica una obra maestra de la literatura universal: "Las cenizas de Angela" con la que obtendría el prestigioso Premio Pulitzer.

Por muy difícil que sea, Frank McCourt ha demostrado que se puede llegar a ser escritor de fama universal con una sóla obra, sin haber escrito nada con anterioridad y pasados los sesenta años. Frank McCourt simplemente ha utilizado su propia vida como argumento y su sinceridad , ternura y sentido del humor como instrumentos para calar en lo más hondo de los corazones de sus lectores.

Otras obras suyas son: “Lo es”, “El profesor” y “Ángela y el Niño Jesús”.


2 comentarios:

  1. Acabo de descubrir este blog y como me gusta mucho leer me he deleitado con tus comentarios.

    Un saludo

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  2. haaaaaaaaaa!!!
    "Las cenizas de angela" Sensibiliza el alma, yop leí y ví la pelicula hace 8años y me marcó por completo.......

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