sábado, 13 de agosto de 2011

RISA EN LA OSCURIDAD


Acabo de concluir la lectura de “RISA EN LA OSCURIDAD”, de Vladimir Nabokov (Compactos-Anagrama, 241 páginas).

“Érase una vez un hombre llamado Albinus, que vivía en Berlín, Alemania. Era, rico, respetable, feliz. Un día abandonó a su mujer por una amante joven; amó; no fue amado; y su vida acabó en un desastre”.

Albinus, un respetable crítico de arte, conoce a Margot, una mujer mucho más joven que él, que trabaja como acomodadora en un cine y sueña con ser actriz. Albinus queda prendado de sus encantos y abandona a su esposa y a su hija para fugarse con ella. Pero entonces irrumpe Axel Rex, un joven artista rebosante de talento y de cinismo, que ha sido amante de Margot. Se completa así el último vértice de un triángulo amoroso de fatídicas consecuencias.

Devorado por los celos, Albinus sufre un accidente automovilístico que lo deja ciego. Entonces decide retirarse a una casa aislada con Margot y ella acepta acompañarlo. Pero lo que Albinus no sabe es que en la casa se instala también Axel, que hace el amor con Margot y se pasea retadoramente desnudo ante el desvalido Albinus, que oye pasos enigmáticos e intuye que algo extraño está sucediendo a su alrededor.

Escrita en ruso en 1932, durante su exilio berlinés, y posteriormente traducida al inglés por el propio autor, esta novela aborda un tema clásico: un triángulo amoroso en el que se entremezclan la pasión y la degradación; un tema que le sirve al genial Vladimir Nabokov para reflexionar entre la relaciones entre la vida y el arte, entre la imaginación y la realidad, y para armar uno de sus brillantes artefactos literarios repletos de guiños y ramificaciones.

“Una pequeña obra maestra rebosante de crueldad, uno de esos libros – Les enfants terribles es otro- a los que no se puede quitar ni añadir nada sin causarles un daño irreparable” (Times Literary Supplement).



Vladimir Nabokov (1899-1977)

Vladimir Nabokov es uno de los más extraordinarios escritores del siglo XX. Nacido en 1899, en San Petersburgo, en una familia de la aristocracia rusa —su abuelo paterno había sido ministro de Justicia de dos zares y su padre un político liberal al que asesinaron unos extremistas monárquicos, en Berlín—, Vladimir Vladimirovich Nabokov había recibido una educación esmerada, que hizo de él un políglota. Tuvo dos niñeras inglesas, una gobernanta suiza y un preceptor francés, y estudió en Cambridge antes de expatriarse, con motivo de la revolución de octubre, a Alemania. Aunque su libro más audaz (Pale Fire) sólo saldría en 1962, cuando apareció Lolita el grueso de la obra de Nabokov estaba ya publicado. Era vasta pero apenas conocida: novelas, poemas, teatro, ensayos críticos, una biografía de Nikolai Gogol, traducciones al y del ruso. Había sido escrita al principio en ruso, luego en francés y, finalmente, en inglés. Su autor, que, luego de Alemania, vivió en Francia, optó finalmente por los Estados Unidos, donde se ganaba la vida como profesor universitario y practicaba, en los veranos, su afición segunda: la entomología, especialidad lepidópteros.

En Anagrama se le ha dedicado una “Biblioteca Nabokov” que recoge una amplísima muestra de su talento narrativo. En “Compactos” se han publicado los siguientes títulos: Lolita; Pálido fuego; Ada o el ardor; El hechicero; Habla, memoria; Pnim; Mashenka; La defensa; Rey, Dama, Valet; La verdadera vida de Sebastian Knight; El ojo; Desesperación; y Risa en la oscuridad; mientras que La dádiva; y Una belleza rusa; pueden encontrarse en “Panorama de narrativas”.

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