viernes, 22 de julio de 2011

LA CONCESIÓN DEL TELÉFONO


Acabo de concluir la lectura de “LA CONCESIÓN DEL TELÉFONO”, de Andrea Camilleri (Ediciones Destino, Booket, 299 páginas).

La solicitud de una línea telefónica en un pequeño pueblo siciliano desencadena una divertida serie de peripecias burocráticas, malentendidos y maniobras. Una visión a la vez cómica, realista y amarga de la sociedad siciliana.

La historia se desarrolla en el imaginario pueblo siciliano de Vigàta en el año 1891. El motor de los acontecimientos es la solicitud por parte de Filippo “Pippo” Genuardi de una línea telefónica, en esa época una auténtica novedad. El sinfín de trámites burocráticos, problemas y enredos a los que tiene que enfrentarse Pippo para lograr un teléfono es cómico, pero tiene también un significado más profundo. El autor proporciona un retrato de la sociedad siciliana de los primeros años de la unidad de Italia (la misma época que reflejó Lampedusa en El gatopardo), a través de chispeantes diálogos entre los diversos personajes, de las cartas entre los amigos de Pippo y los pomposos y altisonantes informes y documentos burocráticos. Camilleri es, además de un gran narrador, un maestro del lenguaje. En La concesión del teléfono alterna varios registros: el siciliano informal, cálido y chistoso de las cartas entre amigos, el lenguaje coloquial chispeante de los diálogos y el lenguaje burocrático.



Andrea Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia,1925).

Si bien dedicó más de cuarenta años al guión y a la dirección teatral y televisiva, debutó como novelista en 1978 con El curso de las cosas, la primera de un conjunto de novelas históricas ambientadas en la Sicilia del siglo XIX, pero no alcanzó notoriedad en su país hasta la publicación de una serie de libros de género policíaco centrados en su personaje Salvo Montalbano (nombre otorgado en homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, con quien ha sido comparado como autor en múltiples ocasiones), notoriedad que se vio acrecentada gracias a su adaptación a televisión. Camilleri muestra en sus obras policíacas un intenso retrato de la sociedad siciliana, retratada mediante un léxico vivo plagado a la vez de dialectalismos y referencias enigmáticas, estilo que le sirve para oscilar entre lo cómico y lo grotesco, lo ridículo y lo trágico. Aunque no finalizó sus estudios, obtuvo un título honorífico de la universidad de Pisa en 1978. Fue ganador del Premio Internacional de Novela Negra RBA del 2008 con su novelaLa muerte de Amalia Sacerdote.

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