sábado, 30 de julio de 2011

NADA


Acabo de concluir la lectura de “NADA”, de Carmen Laforet (Austral-Ediciones Destino, 303 páginas).

Andrea llega a Barcelona para estudiar Letras. Sus ilusiones chocan, inmediatamente, con el ambiente de tensión y emociones violentas que reina en casa de su abuela. Andrea relata el contraste entre este sórdido microcosmos familiar —poblado de seres extraños y apasionantes— y la frágil cordialidad de sus relaciones universitarias, centradas en la bella y luminosa Ena. Finalmente los dos mundos convergen en un diálogo dramático.

Comparada por la crítica con Cumbres borrascosas, Nada destaca tanto por su prosa fresca y directa como por la extraordinaria sensibilidad en la recreación de una voz femenina. Cuando el libro acaba, el lector tiene la seguridad de poder encontrar, al volver la esquina, a una muchacha pálida y triste, con toda la fuerza de su juventud condensada en el mirar. Es Andrea, absorta, queriendo algo, sin saber qué. Como el resto de los protagonistas, ha nacido a la vida real por un prodigio de la creación artística.

«No es, como ninguna de mis novelas, autobiográfica, aunque el relato de una chica estudiante, como yo fui en Barcelona, e incluso la circunstancia de haberla colocado viviendo en una calle de esta ciudad donde yo misma he vivido, haya planteado esta cuestión más de una vez.» (Carmen Laforet)



Carmen Laforet (Barcelona, 1921-2004)

Carmen Laforet nació en Barcelona en 1921. A los dos años se trasladó con su familia a Canarias, viviendo en Las Palmas. Allí permaneció hasta los dieciocho años. A esta edad marcha a Barcelona donde estudia, durante tres años, en la Facultad de Filosofía y Letras. En 1944 obtiene con Nada el Premio Nadal, en su primera convocatoria, y se convierte en la revelación de la narrativa española de posguerra, abriendo nuevos horizontes a nuestra literatura. Dos años después se traslada a Madrid, donde contrae matrimonio con el periodista y crítico literario Manuel Cerezales y se instala definitivamente. De la misma autora son La isla y los demonios, La llamada, La mujer nueva (Premio Mallorca) y La insolación. Aunque nunca deja de escribir, en la década de 1970, aquejada de frecuentes depresiones y separada de su marido, Carmen Laforet se retira. Tras su fallecimiento en 2004, la editorial Destino publicó una novela inédita, Al volver la esquina, continuación de La insolación.

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