Acabo de concluir la lectura de “LOS RESTOS DEL DÍA”, de Kazuo Ishiguro (Compactos Anagrama, 251 páginas).
Inglaterra, julio de 1956. Stevens, el narrador, durante treinta años ha sido mayordomo de Darlington Hall. Lord Darlington murió hace tres años, y la propiedad pertenece ahora a un norteamericano. El mayordomo, por primera vez en su vida, hará un viaje. Su nuevo patrón regresará por unas semanas a su país, y le ha ofrecido al mayordomo su coche que fuera de Lord Darlington para que disfrute de unas vacaciones. Y Stevens, en el antiguo, lento y señorial auto de sus patrones, cruzará durante días Inglaterra rumbo a Weymouth, donde vive la señora Benn, antigua ama de llaves de Darlington Hall. Y jornada a jornada, Ishiguro desplegará ante el lector una novela perfecta de luces y claroscuros, de máscaras que apenas se deslizan para desvelar una realidad mucho más amarga que los amables paisajes que el mayordomo deja atrás. Porque Stevens averigua que Lord Darlington fue un miembro de la clase dirigente inglesa que se dejó seducir por el fascismo y conspiró activamente para conseguir una alianza entre Inglaterra y Alemania. Y descubre, y también el lector, que hay algo peor incluso que haber servido a un hombre indigno?
Kazuo Ishiguro (Nagasaki, 1954)
Escritor británico de origen japonés. Ishiguro nació en Nagasaki; se trasladó a Inglaterra a los seis años y estudió en la Universidad de Kent antes de doctorarse en la Universidad de East Anglia en escritura creativa, curso creado e impartido por el escritor Malcolm Bradbury. Tras publicar varios cuentos y artículos en revistas durante 1980, publicó su primera novela Pálida luz en las colinas (1982), por la que ganó el premio Winifred Holtby. Por su siguiente novela, Un artista del mundo flotante (1986), ganó el premio Whitbread de Literatura.
Los restos del día (1989) fue ampliamente elogiada y le valió el Booker Prize. La novela narra en primera persona los recuerdos de un mayordomo inglés que evoca su carrera en tono presuntuoso y reprimido, consciente de sus deberes, y pone de manifiesto cuánto le ha costado su vida de servicio; la conclusión, por su reticencia, resulta angustiosa en tanto que manifiesta una vida perdida y no recuperable. El manejo admirable de una narrativa y unos personajes intrínsecamente ingleses, apoyados en investigaciones rigurosas de los detalles históricos, despertaron una gran admiración y el libro fue llevado al cine en 1993 con la participación de Anthony Hopkins y Enma Thompson, con el título Lo que queda del día.
Su siguiente novela sorprendió a los críticos. El desconsolado (1995) no podía ser más distinta que su predecesora: un largo relato de pesadilla, surrealista y virtualmente sin argumento, que recuerda a Kafka. Ambientado en un no especificado país europeo, trata de la visita de un pianista que se supone está interpretando un concierto que parece estar condenado a no llegar a producirse, mientras los siniestros fragmentos de las vidas y conversaciones de la gente de la ciudad giran a su alrededor.
Adaptación cinematográfica:
The Remains of the Day (1993). with Anthony Hopkins, Emma Thompson, Christopher Reeve...
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