sábado, 4 de abril de 2009

"A matar judíos en León"


Ayer viernes, comenzó la Semana Santa de León con la procesión de la Dolorosa y así seguirá hasta el domingo 12. Durante estos días, en teoría de recogimiento, la ciudad se verá colapsada por una multitud de nativos y foráneos que se echarán a la calle para presenciar los desfiles procesionales, “matar algún que otro judío”, dar cuenta de abundantes raciones y tapas de los más variados manjares, y los más viciosos se jugarán los dineros a las “chapas”. Unos pocos, fieles a la liturgia, cumplirán con la vigilia, ayunarán y harán penitencia.

Aquí a los cofrades se les denomina “papones”, al parecer por el color negro del hábito y capillo de las cofradías más antiguas, que antaño producían cierto terror a los niños. No en vano el término “papón” significa fantasma para meter miedo, como el bu o el coco; quizá el término venga de “papar”, por la amenaza de comerse a los niños.

Tres tradiciones paganas son típicas de la Semana Santa leonesa: el “entierro de Genarín” – ver mi post de 15/01/09 -, el juego de las “chapas”, y el “matar judíos” a base de limonada.

El juego de las chapas consiste en lo siguiente:  Organizado el corro, una vez depositado el dinero en el suelo, a la vista de todos, que es lo legal, y cerradas las apuestas, la persona designada -puede ser un jugador- lanza al aire las dos monedas, que habitualmente son de bronce, de aquellas de 5 o 10 céntimos, y cuando se estrellan en el pavimento, el "baratero" se encarga de recogerlas y mostrarlas públicamente. Si en una sale "cara" y  en otra "cruz" se repite la tirada hasta que ambas queden emparejadas. Al parecer simbolizan o representan aquel juego que llevaron a cabo los soldados romanos en el momento del Calvario -repartirse la túnica de Cristo- . Otros opinan que esta tradición entronca con la traición de Judas. Sea como fuere el Juego de las Chapas tuvo siempre en León raigambre popular.

La tradición de  "matar judíos" tiene un sello propiamente leonés. La historia leonesa registra estos episodios sangrientos en las comunidades hebreas de Puente Castro, Santa Ana y San Martín. El edicto de origen racial y de intransigencia, manifestada por parte de los Reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón  en 1492 no impidió que los judíos permanecieran en nuestra ciudad. Pero el decreto dictado por Felipe III, el 11 de septiembre de 1609 dio lugar a su expulsión definitiva y no quedando, judíos que llevarse a las manos, los leoneses dieron por conmemorar aquellas matanzas en los recintos tabernarios de un modo simbólico:"Limonada que trasiego, judío que pulverizo".

Cuentan que la limonada, recuerda aquel momento triste del Gólgota, cuando Cristo, agonizando en la Cruz, exclamó: "Tengo sed". Cambiar en estos días el consumo de vino por limonada es una típica costumbre leonesa. Rebajado el caldo, en justa medida con agua, limones, naranjas, higos, pasas, plátanos canela en rama y azúcar consiguen, después de un tiempo de maceración, dar corporeidad a la deliciosa limonada, bebida de penitencia y desagravio, instrumento fundamental de una tradición a la que los leoneses se entregan con fruición es estas fechas pasioneras: "matar judíos". Pero mucho cuidado con la cantidad que se bebe, es muy traicionera y la resaca es terrible.  

1 comentario:

  1. hay que matar a todos los judios gitanos y homosexuales del mundo
    sieg heil,mein hitler

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