Mi vida diaria es pura monotonía. Desde que me levanto hasta que me acuesto se repiten movimientos, actuaciones, palabras, lugares, personajes, como si estuviera programado. Hasta los fines de semana y festivos son todos parecidos. Y eso me revienta, soy una persona inquieta, rebelde, muy inconformista. Pero hay que planificarse y adaptarse a la realidad, o mejor dicho a mi particular realidad. Mi único escape son los momentos de ensoñación y suscribo plenamente los versos de Calderón de la Barca, en la Vida es Sueño, cuando dice:
Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Soñamos lo que somos y deseamos ser, aunque a veces no lo entendamos y otras nos asuste. A través de nuestros sueños nos comprendemos mejor y eso nos ayuda a posicionarnos en la vida. Soy un soñador compulsivo, de eso estoy convencido, y me gusta ser así. Pero también soy una persona muy práctica y puedo desconectar cuando quiero y distinguir entre realidad y ensoñación.
Habitualmente sueño despierto y en consecuencia elijo mis sueños, que suelen ser pacíficos. En ellos aparezco unas veces lleno de poder y riquezas, otras como un gran seductor rodeado de maravillosas mujeres, también triunfando como intelectual o profesional de gran renombre, gozando a tope de todos los placeres mundanos. De vez en cuando, mis sueños me elevan el espíritu y me encuentro repartiendo por doquier bienes terrenales y consuelo a los más necesitados. Y en momentos puntuales, me veo como un auténtico cabronazo vengativo, sometiendo a mil y una perradas a aquellos que me la hicieron, y la verdad es que me quedo muy, pero que muy tranquilo y feliz. Así que ya sabeis, cuidadin que puedo ser muy malo.
Pues la verdad es que a mí me ha dado miedo...
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