sábado, 7 de febrero de 2009

¡Lhardy cuanto te añoro!




En Madrid, en la Carrera de San Jerónimo 8, al lado mismo de la Puerta del Sol, se encuentra esta casa que fue fundada en 1839 como una pastelería por el suizo Emilio Huguenin, que años más tarde pasaría a ser Emilio Lhardy, adoptando el apellido del restaurante, llamado así por alusión a un café parisino de nombre Hardy.

En su trastienda se preparaban los productos típicos de su lugar de origen, como los bollos suizos, los croissants y los canapés, una novedad en la repostería madrileña de la época. A los pocos meses, las buenas expectativas llevaron a Lhardy a ampliar el negocio e instaló una charcutería y un lujoso restaurante. Desde entonces, su casa se convirtió en lugar de encuentro y reunión de aristócratas, políticos e intelectuales y se fue haciendo costumbre degustar un buen jerez a la hora del aperitivo.



El político Canalejas le solicitó a Lhardy que no olvidase la cocina más madrileña entre los platos destacados de su carta. Desde entonces en este acreditado restaurante se prepara uno de los mejores cocidos madrileños que se sirve en Madrid, sin olvidarnos tampoco de los típicos y suculentos callos, tan castizos como el propio Madrid.

También fue creciendo la fama de su gastronomía y los banquetes que se celebraban en sus salones, sobre todo en el conocido salón japonés del primer piso, y al que solían acudir con frecuencia personajes de la talla de Isabel II, Alfonso XII, Espartero, Prim, O´Donnell, Serrano y Pérez Galdos, entre otros.

En 1880 el decorador Rafael Guerrero, padre de la conocida actriz María Guerrero, se encargó de dar una nueva imagen al local, resaltando la elegancia de su fachada con cristalerías y maderas de caoba traídas de la antigua colonia de Cuba. Todos estos matices han llevado a considerar a Lhardy como el primer restaurante de lujo que se instaló en Madrid, rango que conserva en la actualidad, al igual que su decoración decimonónica y su tradición gastronómica.

Es posible que Lhardy sea el restaurante más citado de la literatura española. Una de las razones es que existe mucho antes que otros edificios importantes de la ciudad y que era un centro de tertulias donde se daban cita escritores y artistas. También ha sido testigo directo de momentos históricos. El mismo general Primo de Rivera acudía con sus ministros para celebrar reuniones secretas. Fue aquí también donde se decidió que Alcalá Zamora fuera presidente de la II República.

Lhardy es el primer restaurante madrileño que hace un guiño al mundo femenino. Es el primero que permitirá que acudan las mujeres solas. Una nota curiosa: en 1916 la bailarina Mata-Hari es detenida, por espía, en el Hotel Palace, poco después de almorzar aquí.




Nunca he comido en el restaurante su famoso cocido, pero en cambio he acudido en muchas ocasiones a la tienda dónde he adquirido sus famosos callos y otras exquisiteces para llevar y he tomado como aperitivo el delicioso consomé, las croquetas, empanadillas, y en especial las barquetas de riñones. Y para acompañar todos estos suculentos manjares, una “media Compuesta” preparada por los amables camareros.

Vamos, una pasada de establecimiento, de obligada visita. ¡Lhardy cuanto te añoro!

1 comentario:

  1. Cuánta belleza!!! Es un lugar precioso!!!
    A ver si alguna vez que vaya a Madrid me doy una vueltita con su hijo (aunque con la memoria que tenemos no creo que nos acordemos)

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