sábado, 10 de enero de 2009

DE ROSCONES Y CULETES

Hoy sigue haciendo frío, mucho frío, es como una pesadilla, desde el pasado octubre estamos con el frío a cuestas y lo que nos queda. En el portal de casa me encuentro con mi churri que viene del super, subirá a descargar las provisiones y luego irá a encargar dos roscones de reyes para que se los lleve mi hijo a Madrid el próximo lunes, mi hija los espera con impaciencia. Nosotros somos muy rosconeros, hasta mi mujer se atrevió a elaborar uno pero se quedó corta con la levadura aunque de sabor y presentación no estaba mal, otra vez será.

Mientras, yo me encamino al estanco a por tabaco y a Mercadona a por mi dosis de agua mineral y de kleenex. Joer con los de Mercadona, me tienen a las empleadas hechas unos zorros con esos uniformes que las han puesto, parecen descargadoras de muelle. Qué diferencia con las de El Corte Inglés, tan monas ellas, con sus pantaloncitos negros elásticos marcando culete y qué culetes algunas, válgame Dios, dan ganas de comérselos antes de que lo hagan los gusanos.

Como animal de costumbres que soy, tomo mis vinos en La Carbonera y en El Gambrinus acompañado de mi churri, que para estas cosas somos un matrimonio ejemplar, y de nuevo ante mí aparecen unos hermosos culetes femeninos debordando abundancia en los taburetes, joer me rimó y todo. Qué envidia me dan, siempre deseé un culete de esos, bien pertrechado y no el que me fue dado en suerte que sólo me produce dolor, de puro flaco, cuando lo tengo que aposentar. ¡Si pudiera cambiarlo por mi barriga cervecera!

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