domingo, 25 de enero de 2009

Pues sí Paquito...

Pues sí Paquito, hoy es sábado sabadete y sopla un viento gélido que para qué te voy a contar. Por estas latitudes el personal ya debería estar acostumbrado al frío, al viento, a la lluvia, a la nieve y a estar metido en ropaje de abrigo. Creo que a este clima nuestro, tan sano para curtir embutidos y jamones, le debemos en buena medida nuestro proverbial carácter cazurro. Tú, que me conoces bien, sabes que no encaja mucho con mi persona el ser malicioso, reservado y de pocas palabras, antes bien la falta de malicia y ser un bocas me han causado muchos disgustos y a las pruebas me remito.

Mosqueado y algo cabreado si que estoy, para que te lo voy a negar, pero de ahí a emprenderla a mamporros con todo quisque hay un buen trecho. Sabes Paquito que siempre he sido de buen comer y de buen beber y ahora que no puedo permitirme ese lujazo, debido a mis problemas de salud, se me llevan los demonios. Me pides que te cuente lo que hago. Hombre Paquito hacer, lo que se dice hacer, no mucho pero sobrevivo que no es poco. Curro lo justo para cumplir, me entretengo con los libros y navegando por la red y todos los días suelen caer dos o tres tintorros. Hace tiempo que no paseo, por lo del frío y la puta bronquitis y cada quince días suelo mover el coche un poco y también voy al “super”.

El otro día le vi la raja del culo a una empleada del “super” mientras se agachaba para limpiar las botellas del lineal. “Jo que raja”. Las pobres cobrar no cobran mucho para lo que trabajan, pero bien aireadas si que están. Es una chica rubita, mona, aunque un pelín baja. No hace mucho tuve un pequeño roce con ella, cuando estaba de cajera, por culpa de una lagarta de medio pelo que se quería colar en la fila. La verdad es que envidio a estas mujeres por la cara que le echan. Lo de ir al supermercado está bien, quedas como Dios con la parienta y las vecinas y encima te entretienes y en invierno pasas calorcito.

El que me tiene preocupado es Raúl, el de los periódicos. La mujer debe estar con la depresión post parto y me lo tiene puteado. La que también me la enseña a menudo, la raja del culo se entiende, es Vero, del gremio hostelero, y ésta si que es alta y tiene buen tipo además de ser simpática. Como verás Paquito en lo tocante a traseros estoy bien servido. Marcos, el del Gambrinus, está todo el día haciendo barra, así está él de cachas. Estoy barruntando ir a pilates, a ver si me desentumezco, bajo barriga y estiro algún centímetro que otro y de paso contemplo alguna tía maciza.

Estarás alucinando con lo de la “Espe”, jo que mala leche tiene la tía, es que la que sale mala ya se sabe. No se tú, pero yo cada día paso más de la política y de los políticos. Con los años me estoy volviendo un pasota. ¿Encontraste ya la sortija que perdiste? Paquito, reza una oración a San Cucufato. Mira, mientras vas anudando las esquinas de un pañuelo blanco dices: “San Cucufato, San Cucufato, los cojones yo te ato, y si no me encuentras la sortija, no te los desato”. A continuación tiras el pañuelo debajo de la cama y a esperar. Dicen que es infalible. Bueno Paquito, me tengo que despedir por hoy, estoy a punto de partir hacia otra galaxia. A ver si me tienes al día de lo que haces, que tú si que puedes montártelo bien. ¡Qué envidia me das mamón!. Agur.


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