martes, 3 de marzo de 2009

¡Amanezco, luego existo!

Hoy es lunes, y con toda la prevención del mundo inicio la jornada con pies de plomo, no vaya a ser que se me tuerza el día y después pasa lo que pasa, que no hay dios que me aguante. Tengo una propensión al cabreo cosa fina. Pero veamos como han sucedido los tiempos.

Carlos salió zumbado de casa sin poder despedirnos. A las 12 ya estaba en Lalín (Orense). Buen viaje, sin incidencias. Los de ONO me estuvieron tocando las narices un rato al dejarme sin internet, menos mal que ya van espabilando y dejan aviso en el contestador de que se trata de una avería en la zona. La operadora de turno logra desquiciarme al decir que esperan que la avería esté arreglada antes de las siete de la tarde. Adiós mi jornada de trabajo, pensé. Pero no, esta vez fueron diligentes y a los veinte minutos ya estaba funcionando.

Enciendo el televisor a mi suegra antes de salir de casa, para que esté entretenida. Lo malo es que lo pone a todo volumen porque está como un tapín. A ver si mi mujer la lleva a que la saquen el cerumen de los oídos, no vaya a ser que terminemos todos sordos y protesten los vecinos. Salió el sol y me encuentro más optimista, así que me voy a sacar los boletos semanales de la primitiva por si las moscas. Tomo mis vinos con la churri y para casa a manducar, que hay que cuidarse. Luego una siestecita y vuelta a trabajar.

Noticias de los chavales. Carlos, ya se encuentra en Santiago de Compostela donde pernocta y está esperando al compañero para salir a cenar y dar una vuelta por las rúas compostelanas. Envidia que me da. Ya le dije que se marcara a mi salud una buena ración de pulpo a feria. Mañana se irán para La Coruña. Mónica, anda visitando las tiendas de la empresa por Madrid y después creo que tiene clase de guitarra eléctrica.

Como se ha puesto muy frío, opto por no salir a pasear no vaya a ser que por reforzar el sistema cardiovascular me termine de cargar los bronquios que hoy no andan muy finos. A estas edades se empieza a hacer aguas por todas partes. Quien más o quien menos va camino del desguace. Y cada poco a pasar la ITV. Lástima que no exista para nosotros un “Plan Renove”.

Me entretuve un rato fisgando en Facebook las fotografías de mi amiga Florencia y voy conociendo poco a poco a su familia. Qué envidia y qué hambre me entró al ver una fotografía con los ingredientes para preparar la típica parrillada argentina. Y qué cara angelical la de Florencia vestidita ella de primera comunión, con carita de no haber roto nunca un plato. A ver si metes más fotos, estoy impaciente. Y cuánta niña mona.





Me he puesto a pensar, así de repente, en los curiosos hábitos que tenemos los hombres y las mujeres a la hora de ir al baño. Nosotros vamos de uno en uno, para encontrarnos en tropel dentro, enfrentados a la pared, de pié, en silencio, apuntando y descargando la vejiga con gesto satisfecho. Y así como entramos, de uno en uno, salimos.

Las mujeres en cambio siempre suelen ir al baño acompañadas. Nunca podré comprender cómo se pueden desenvolver en habitáculos tan pequeños todas a la vez. Y mientras unas se alivian, ¿qué hacen la otras?.  Pues creo que hablar, se pasan  todo el rato hablando. Señor, señor, a santo de qué unos de pié y las otras sentadas. Y ojo al parche, los numeritos que se montan en los aseos públicos ante el riesgo de contagio de enfermedades venéreas. Pueden llegar a realizarse verdaderos ejercicios circenses  ¡Qué complicaciones!

 

 

2 comentarios:

  1. HOla!! Lo de la propensión al cabreo es cosa de la dieta, te lo digo yo, que andamos a lo mismo... Je je
    Y sí, hacemos malabarismos para hacer pis en baños públicos qué le vamos a hacer...
    Saludiños,

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  2. Pues yo no me pongo de mal humor, pero me mueeeero de ganas de comer algo rico (preferentemente dulce, muuuuy dulce)

    Poco a poco iré subiendo más fotos. Me han llegado las del viaje de mi padre, que son las que estoy subiendo ahora. Pero son taaaan pesadas que tardo añares.

    Besines

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