domingo, 8 de marzo de 2009

Olores de mi infancia

El otro día, pedí a mi hija que me indicara algún tema sobre el que escribir en el blog. Casi, sin pensarlo me dijo que lo hiciera sobre los olores y los recuerdos que evocan. Así, que ni corto ni perezoso me puse a componer unos versos que recogieran mis recuerdos en una etapa determinada de mi vida. Y opté por evocar, a través de los olores, un día de mi estancia veraniega en Betanzos (La Coruña) siendo un niño.

Y he aquí el resultado. No me convence del todo, pero tratándose de un borrador espero poder mejorarlo más adelante.


Olores de mi infancia

Olores de mi infancia son aquellos
que no pudo llevarse el viento,
que permanecen con los años
en el maltratado recuerdo
del que se resiste a perderlos.

El olor del eucalipto en el Parque,
de la madera en la Estación cercana,
con la Ria de Betanzos que aproxima
el agua del mar tierra adentro,
con barcas y chapapote, olor intenso.

Y al subir la empinada cuesta
hacia la plaza del Ayuntamiento,
emergen de la Confitería golosos
olores a chocolate y caramelo,
que despiertan en el niño anhelos.

Dentro de casa, son otros los olores,
que se entremezclan con sabores,
el del agua de la sella, las patatas,
y los grelos, la empanada y el bistec,
el de los higos y el pescado fresco.

Después de comer bajo al patio trasero,
almacén de Tabacalera y gallinero,
y mientras los mayores sestean,
entre cajas de madera con los niños
juego, y a corral, tabaco y hiedra huelo,

Olores de merienda son el membrillo,
el chocolate, el pan blanco y el queso.
Para salir, me visto y lavo con esmero,
el jabón suele ser de Heno de Pravia,
la colonia de lavanda o de espliego.

En los Cantones, huelo a churros,
a buñuelos, a manzana con caramelo.
Al anocher me lleva el tio Justo con él
a recorrer las tascas, vino de Betanzos
en taza, empanada, pimiento y queso.

Regresamos a casa y más olores arriban
en el recuerdo, de polvora de cohetes,
cenas puertas adentro, de mesa puesta
con judias verdes, patatas y huevos,
la fruta, las sábanas limpias, el aire fresco.

Olores de mi infancia son aquellos
que no pudo llevarse el viento,
que permanecen con los años
en el maltratado recuerdo
del que se resiste a perderlos.

2 comentarios:

  1. Buena sugerencia la de tu hija.
    Visuales recuerdos los tuyos, yo tengo muchos; el olor a madera del primer órgano que tuve, a gelatina, a flores, una lista interminable, pero de seguro no me quedarian unos versos tan lindos como los tuyos.
    Te dejo un beso grande.
    Buen domingo para vos.:-)

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  2. Pero si ha quedado genial!!! A mí me ha gustado mucho, aunque hay infinidad de palabras que no sé qué son.

    Besitos y feliz domingo.

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