jueves, 5 de marzo de 2009

FRANCISCO GRANDE COVIAN (1909 -1995)



Francisco Grande Covián, Médico y Científico, nació en 1909 en Colunga (Asturias). Estudió el bachillerato en Oviedo y medicina en Madrid a partir de 1926, junto a Severo Ochoa, con quien iniciaría una estrecha amistad, así como con otros miembros de la Residencia de Estudiantes, como Lorca, Buñuel o Dalí.

Estudió Patología por inspiración inicial de Ochoa, pasando a Friburgo con el profesor Stanolinger. En 1932 colaboró con Krogh, que años más tarde sería premio Nobel. Regresó a España en 1935 y durante la guerra civil trabajó en un hospital. Fue en esa experiencia cuando comenzó a preocuparse por las cuestiones alimenticias, realizando estudios sobre los problemas médicos y fisiológicos de la población madrileña por la escasez de alimentos producto de la guerra. En 1939 ocupó el puesto de SeveroOchoa.

Tras ser nombrado subdirector del Instituto Nacional de la Alimentación, Grande Covián aportó su primera gran contribución a las ciencias de la nutrición en 1937, cuando estudió las deficiencias nutritivas en la población de Madrid durante la Guerra Civil. 

Jamás se habían estudiado los problemas de desnutrición en una población asediada, y así se descubrieron las propiedades beneficiosas de los dos alimentos que salvaron a los españoles durante la guerra: las lentejas y las sardinas en lata.

Desde 1953 hasta 1986 ocupó plaza en la Universidad de Minneapolis. En 1974 volvió a España nuevamente y residió en Zaragoza, trabajando como investigador y dirigiendo el Instituto de Bioquímica y Nutrición de la Fundación Cuenca Velorio, regentando una cátedra en la Universidad de la ciudad.

Fue doctor honoris causa por distintas universidades. Sus investigaciones sobre dietética combatieron las dietas de adelgazamiento vegetales y macrobióticas, frente a la dieta mediterránea. Está considerado como el padre de la dietética y fue el fundador y primer presidente de la Sociedad Española de Nutrición.

El doctor Grande Covián, que dedicó muchos años de su vida a advertir sobre los peligros que representan para el organismo ciertas dietas de adelgazamiento, insistió siempre en la necesidad de «comer de todo» para recibir el suficiente aporte energético y, en caso de querer adelgazar, proponía rebajar la ingesta alimenticia y defendió que beber vino con moderación puede ser beneficioso para la salud.

Su frase más famosa: "Comer de todo, pero en plato de postre".

 

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