domingo, 22 de febrero de 2009

Con la casa a cuestas

Pues sí, tal y como está el problema de la vivienda mucho me temo que a la juventud española no le va a quedar más remedio que instalarse en un contenedor. Por un alquiler de unos 300 euros al mes, podrán disponer de un habitáculo de unos 60 metros cuadrados, el equivalente a dos contenedores. Y a partir de ahí, sesudos arquitectos tienen diseñados modelos para todos los gustos y bolsillos.

Algunos Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, se disputan ser las pioneras en España en la transformación de contenedores de mercancías en viviendas. A simple vista, esta idea provoca sensaciones de claustrofobia, suciedad, mal olor... Y ni que decir tiene que si comentas a tus amigos que vas a vivir en uno de ellos, te tacharán de loco/a de remate. Sin embargo, es una realidad en ciudades tan vanguardistas como Londres o Ámsterdam.

De momento, las viviendas-contenedor se han convertido en una forma de vida en Ámsterdam, además de en todo un fenómeno turístico. Barrios como Keetwonen, construido por Tempohousing, acogen a cerca de un millar de jóvenes estudiantes, que disfrutan de su propio 'pisito' con baño, cocina, dormitorio y zona de estudio propios. Un tanque de 50 litros de agua caliente por casa, calefacción de gas natural, acceso a internet, y servicios compartidos, como supermercado, cafetería, área deportiva y parking privado para bicicletas, completan la oferta.

Nada tiene que envidiar a este complejo residencial el diseñado por los arquitectos MVRDV a orillas del río Ij. Conocido como Silodam, el edificio tiene diez pisos y descansa sobre columnas de hormigón. Cuenta con 600 metros cuadrados de oficinas, 157 viviendas, una terraza panorámica de acceso público junto al agua, restaurante y minipuerto deportivo.

Pero en Holanda y en otros países no sólo existen viviendas-contenedor. Este tipo de módulos para el transporte de mercancías se ha empleado con éxito para ampliar casas tradicionales, como escuelas, comercios y restaurantes, dispensarios médicos, e incluso hoteles. Es más, por su rápida construcción, algunos arquitectos recomiendan su uso en caso de catástrofes, o para cubrir necesidades acuciantes de algunas poblaciones.

Se calcula que el 90% de las mercancías del planeta se transportan en un contenedor, y que cada año hay un millón de ellos moviéndose por los océanos y mares de todo el globo terráqueo. Basándose en los conceptos de movilidad y temporalidad en el terreno, y en la facilidad de su transporte, ya hay quien habla de trasladarse con la casa a cuestas (como si de una tortuga o un caracol se tratase, pero más rápido) de un punto al otro del mundo.

Y como una imágen vale más que mil palabras, esta pequeña muestra.











1 comentario:

  1. De afuera quedan bastante feos pero por dentro son más lindos que mi casa. Quiero uno!!!

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