domingo, 1 de febrero de 2009

Nivel de alerta uno


Mis hijos ya llegaron a Madrid. Con la nevada que ha estado cayendo desde primeras horas de la mañana y la autopista A-6 cortada en dos tramos en la provincia de Madrid, se presagiaba un tormentoso viaje pero al final hubo suerte y el trayecto lo realizaron en el mismo tiempo que en otras ocasiones. Cansado mi hijo de la conducción pero felices de haber llegado al destino sin mayores complicaciones.

Hoy el día ha estado marcado por el temporal de nieve, como no podía ser de otra manera, lo que ha influido en mi estado anímico. No puedo remediarlo, cada vez que tiene que viajar mi hijo-lo que sucede con demasiada frecuencia-me pongo de los nervios. Pendiente del teléfono soy incapaz de centrarme en lo que estoy haciendo y cuando me entero de que el viaje a llegado a buen término siento un alivio tremendo y me empiezo a relajar.

Pocas noticias, aparte de las climatológicas, han despertado mi interés en el día de hoy. En Madrid, la incombustible Esperanza Aguirre encabezando junto a los exiliados cubanos una manifestación de protesta contra el régimen de Fidel, como si ya no tuviera problemas con la que le está cayendo con los espías esos, que parecen de la “TÍA” de Mortadelo y Filemón. Por estas tierras, las Nuevas Generaciones del PP andan enfrentadas con motivo de su Congreso con la Presidenta Carrasco de por medio, faltaría más.

En deportes, Nadal ganó el Abierto de Australia a Federer y por lo que se ve en las fotos tan amigos aunque la procesión vaya por dentro. Nuestro equipo de futbol capitalino, la Cultural y Deportiva Leonesa, le endiñó en Lugo 1-4 al equipo local y sigue segunda en la clasificación, con la Ponferradina pisándole los talones. También ganó el Madrid y el Barcelona, por lo que los sufridos aficionados al fútbol de esta ciudad estarán todos contentos y más entonados para iniciar mañana la semana laboral.

En días así, todo lo veo negro, mi ánimo vaga desquiciado, sin rumbo. Me pongo a pensar que esta vida es una puñetera mierda, que no merece la pena pasar tantas privaciones para el juego que da. Se que otros lo están pasando peor pero eso no me sirve de consuelo, como dice el refrán: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. Menos mal que me reconozco como ciclotímico, lo que me lleva en muy poco tiempo a pasar de un estado de depresión a otro de euforia. Lo malo es cuando me da por mirar hacia atrás y pienso en todo lo que pude haber hecho y lo poco que va quedando ya por conseguir. Yo he sido siempre de muy mal conformar y muy ambicioso. Vamos a pensar que mañana las cosas van a desarrollarse de otra manera.

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