martes, 10 de febrero de 2009

Volví a nacer en Celorio





El del gorrito de lana soy yo

No recuerdo la edad que tenía cuando realicé esta excursión a Celorio (Asturias) en compañía de Julio. Sé que fue en verano y que aún no era novio de la que hoy es mi mujer, por lo que calculo que debía tener entre 18 y 21 años. Mala costumbre la mía la de no anotar la fechas en el reverso de las fotografías. Tampoco qué medio de transporte utilizamos, si fuimos en el “Dauphine” del padre de Julio, o en tren de vía estrecha, o si combinamos autobús y ferrocarril.

Con muy poco dinero en el bolsillo, como era habitual por aquellas fechas, con una diminuta tienda de campaña que me había prestado mi tío Jesús, los bañadores y algo de ropa y comida en las mochilas emprendimos viaje para pasar un fin de semana en la playa. La primera jornada acampamos cerca de la playa de Celorio y las restantes en Llanes. Disfrutamos de lo lindo bañándonos en el mar, y el buen tiempo nos acompañó , algo difícil de prever en Asturias.

En Celorio, que tiene una playa muy traicionera, a punto estuve de ahogarme. La imprudencia, propia de la edad, me impulsó a meterme mar adentro sin darme cuenta del cambio de marea. Nunca podré olvidar los esfuerzos que tuve que hacer para regresar a tierra firme, ni el intento de agresión por parte de una señora que había presenciado histérica mi imprudencia en primera linea de playa. Siempre he dicho que ese día volví a nacer. Desde entonces le tengo un respeto tremendo a los baños en el mar.

En Llanes, acampamos clandestinamente en una especie de solar destinado en parte a basurero, detrás de un magnifico chalet de una acaudalada familia de Oviedo, que precisamente esa noche celebraban con una gran fiesta la puesta de largo de una de sus hijas. ¡Qué envidia! Nosotros dentro de nuestro pequeño habitáculo contemplando arrobados como se lo estaban montando los invitados a la fiesta. ¡Y qué niñas tan monas pululaban por allí!

Hicimos alguna incursión por la playa de Llanes, Poo de Llanes y Ribadesella, ya de regreso. Lo pasamos muy bien. Julio siempre fue un gran conversador y un entusiasta amante de la naturaleza. Hace unos cinco años, me enteré que había fallecido víctima de un cáncer. Estaba casado y tenía dos hijos. Logró montar una gran empresa en Madrid y había hecho mucho dinero, pero no tuvo la fortuna de poder disfrutar mucho tiempo de su obra. Hoy me lo imagino correteando incansable, siempre de buen humor, por otros espacios abiertos.

2 comentarios:

  1. Le pongo unos cuantos links por si le interesa investigar las cualidades del mate y sus efectos en la salud. Hay millones de artículos pero no me he puesto a leerlos.

    http://www.intramed.net/actualidad/contenidover.asp?contenidoID=49835

    http://viviendosanos.com/2007/11/mate-una-infusion-buena-para-el-corazon.html

    http://www.losmatungos.co.cc/Elmate.php

    http://www.diariosalud.net/content/view/5272/518/

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  2. En la última se parece mucho a una foto que le hice a Carlos en la playa
    :)

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