domingo, 15 de febrero de 2009

Robando tiempo al sueño un día más



Son las once de la noche, me encuentro cansado, no creo que tarde mucho en ir a la cama. No ha sido un mal día. He roto con la rutina. Me levanté más tarde, a las 9,30. Me dediqué a preparar el trabajo para la próxima semana y quedé tranquilo al saber que mi hijo ya había regresado de Aranda. Pasé por el Estanco y tomé unos vinos con mi mujer, eso que nunca falte, es el elixir de la vida.

Después de comer, sin echarme la siesta, me puse delante del ordenador a trabajar en el blog, para más tarde ir a buscar el coche con mi mujer y mi hijo y desplazarnos a Carrefour a por el maldito mueble de cocina. Segundo intento y por fin el trasto de marras en casa, lo malo es que hay que armarlo, espero que Carlos nos ayude. Nos volvimos a reunir en El Corte Inglés para realizar unas compras pendientes y rematamos el día en Gambrinus con una cerveza.

Estaremos en recesión económica, no digo yo que no, pero lo cierto es que, en esta ciudad al menos, el personal se lo toma de momento con mucha tranquilidad, como si la cosa no fuera con ellos. Tanto Carrefour como El Corte Inglés estaban a tope y en Gambrinus no se podía dar un paso. A ver si con un poco de suerte sigue todo así y nos encontramos dentro de unos meses, sin darnos cuenta, con el final del túnel. Me revienta que tantos agoreros -políticos y periodistas principalmente-, nos quieran amargar la existencia. ¡Que nos dejen en paz de una maldita vez!

Lo que no percibí por la calle fue el espíritu de San Valentín. Acaso alguna chavalita con una flor en la mano en compañía de su maromo y para de contar. Bien es verdad que el amor es sentimiento que no tiene por qué exteriorizarse, que es más verdadero si se guarda dentro. Lo del encoñamiento es otra cosa, más hormonal, una válvula de escape que algunos confunden con amor. No hay más que observar a las parejitas que sin contención alguna se besan y retozan en plena vía pública, sin percatarse siquiera que les están mirando. El calentón del momento les impide sentir vergüenza alguna.

Con el paso de los años deseo hacer cada vez más cosas y cuanto antes mejor. Tengo infinidad de proyectos en mente y es como si temiera que no voy a disponer del suficiente tiempo. Por eso he dejado de ver la televisión y estoy robándole alguna que otra hora al descanso nocturno. En la cama se está muy bien, pero el tiempo pasa muy deprisa, cada vez más rápido a medida que cumplimos años. Quiero seguir leyendo y adquiriendo conocimientos, mi ansia por la lectura va en aumento. El blog me lleva mucho tiempo. Tengo que ser cada vez más selectivo con mis actividades diarias.

Me considero un buen conversador pero el destino me ha convertido en un lobo solitario y silencioso. ¡Lo que daría por participar en alguna tertulia, con gente inteligente y de gustos similares! Por ahora no es posible, ya veremos más adelante. Mientras tanto, soy un urbanita, solitario y frecuentemente cabreado, como indico en la cabecera de mi blog, que trata de describir, con mayor o menor acierto, sus añoranzas, reflexiones y ensoñaciones. Y ahora sí, con los ojos casi cerrados por el sueño, me voy a ir a la cama. ¡Hasta mañana tropa

2 comentarios:

  1. Describes muy bien tus añoranzas y reflexiones..es un placer leerte.

    Saludos.

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  2. A mí, como a Luisa, me encanta lo que escribe.
    Aprendo un montón de cosas e intento comprender su forma de pensar.

    Le he dejado dos vídeos en mi blog para que, cuando tenga tiempo, los escuche.
    En el primero escuchara a Mercedes Sosa, que a triunfado en todo el mundo (especialmente Japón y Alemania) con su canto.
    En el segundo, verá a Los Chalchaleros, yo diría que el grupo de folklore argentino más representativo de todos los tiempos. Después de 50 años, se han retirado.

    Espero que le gusten.

    Feliz domingo.

    PD: A ver si mi gordi se pone las pilas y le echa una manito con el mueble :) No lo veo yo muy habilidodo, jeje!

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