lunes, 9 de febrero de 2009

¡Descansa en paz Jaime!



Tengo la costumbre de leer el periódico empezando por la última página, luego miro los resultados de los sorteos de la primitiva, después paso a examinar las esquelas y concluyo su lectura con las páginas de internacional, nacional y locales. Jamás pude imaginar que me iba a enterar de la muerte de un hermano leyendo su propia esquela en el periódico y con veinte minutos de antelación a su funeral.

La impresión que me llevé no se puede explicar, y aún en estos momentos me encuentro consternado, apenado y con un sentimiento de indignación, rabia, desprecio e incomprensión hacia el resto de mis hermanos que no fueron capaces de avisarme ayer del fallecimiento de Jaime, privándome de despedirme de él en el Tanatorio y acompañar a su hija María en tan doloroso trance.

En la Iglesia me encontré con María que, en un mar de lágrimas y entre abrazos y sollozos, me informó de los últimos momentos de mi hermano Jaime en el Hospital. Se había ido sin dolores, con mucha paz y tranquilidad, estando ella presente. Me pidió disculpas por no haberme avisado, al no encontrar mi número de teléfono, y me comentó que había encargado a una de mis hermanas que nos avisaran a todos.

También estuve con Angelines, la ex-mujer de Jaime, la vi muy afectada y cariñosa y me informó de su lucha contra su cáncer de pecho desde hace dos años y de que cada 20 días tiene sesión de quimioterapia, pero que iba mejor y estaba muy animada. Te deseo lo mejor Angelines, sigue luchando con todas tus fuerzas. Apunté su número de teléfono y el de María y ella anotó los míos. A ver si de ahora en adelante nos llamamos con más frecuencia.

Del resto de mis hermanos, cuñados y sobrinos, no quiero saber nada de ellos, para mí es como si no existieran. Sólo una hermana y una cuñada asistieron al funeral. Según me dijo María, ayer en el Tanatorio solo estuvo un rato uno de ellos. ¡Valiente familia de mierda! Ya os tocará a vosotros pasar por esta situación.

Jaime, querido hermano, te has ido con 58 años y has dejado atrás una puta vida que se ensañó contigo. La suerte no te acompañó nunca y tus padres y hermanos que vivían contigo no te ayudaron cuando lo necesitaste. Mi gran pesar, es no haber tenido la oportunidad de poder aconsejarte, orientarte y apoyarte ya desde niño, de estar a tu lado, ejerciendo de hermano mayor. Pero como tu muy bien sabes, alguien decidió separarme de vosotros a muy corta edad, por motivos que no acierto a comprender y que ya nunca nadie me podrá explicar.

Jose hace tres años, tú ahora, un día iremos todos los demás y, si es cierto lo que dicen, llegará la ocasión en que volveremos a encontrarnos en un lugar mejor. Me acabo de enterar que Angelines desea que la urna con tus cenizas descansen en su casa para que le hagas compañía, lo que me parece muy hermoso. Al final volvéis a estar juntos.

Adiós hermano, prometo escribirte pronto, cuando esté más tranquilo y se me pase la pena, te informaré de lo que pasa por aquí abajo.

2 comentarios:

  1. Upsss, qué tristeza, lo siento mucho de verdad.

    Le mando un beso, y un abrazo apretadito.

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  2. Muchas gracias Flor. A mi profunda pena, se une el sentimiento de amargura por saber que ya no tengo hermanos. ¿Se puede pedir más?

    Besos

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